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Solidaridad que abraza en medio del lodo: Loja se une por los damnificados de Paltas

La lluvia no ha cesado. El lodo cubre lo que antes eran hogares, caminos y sembríos. Pero en medio del desastre, florece lo mejor del ser humano: la solidaridad. Esta semana, una comitiva liderada por la Asociación de Paltenses Residentes en Loja recorrió las parroquias Guachanamá, Cangonamá y Lauro Guerrero, en el cantón Paltas, para entregar esperanza: kits humanitarios con víveres, frazadas, medicamentos y ropa.

La tragedia que dejó a decenas de familias sin techo y con la incertidumbre como único horizonte fue respondida con una ola de apoyo desde la capital provincial. La presidenta de la Asociación, Maira Naranjo, coordinó esta cruzada con el respaldo ciudadano y el compromiso de la Fundación Rodríguez Witt, además de profesionales de la salud que aportaron con atención y medicamentos.

Guachanamá: entre el barro y la fe

En esta parroquia, al menos 40 kits fueron entregados a familias que ahora habitan en albergues temporales, luego de que sus viviendas colapsaran por deslizamientos de tierra. Ruth Pinza, una de las afectadas, recuerda con voz entrecortada cómo la tierra se tragó su hogar. “El lodo se metió sin aviso. Alcancé a salir con mis padres, pero perdimos todo”, relata. Hoy se resguardan en una casa prestada por vecinos, mientras esperan una solución más estable.

El presidente del Gobierno Parroquial, Miguel Sarango, valoró profundamente el gesto. Indicó que también se priorizó la ayuda para personas adultas mayores y con discapacidad, muchas de ellas aisladas por la destrucción de las vías.

Lauro Guerrero: tres vidas apagadas, una comunidad en resistencia

En esta parroquia, la situación es aún más devastadora. Un alud acabó con 21 viviendas y cobró la vida de tres personas. Aunque el lodo ya no baja con la misma furia, el silencio en las calles y los restos de objetos personales entre los escombros recuerdan que el dolor persiste.

191 damnificados ahora viven en una escuela que ha sido transformada en albergue. Allí, la organización comunitaria ha sido clave. Juan Celi, presidente del GAD parroquial, explicó que se han conformado comités internos para cocinar, distribuir los víveres y mantener el orden. También cuentan con brigadas médicas, seguridad policial y presencia de autoridades locales.

“El espíritu de resiliencia es fuerte”, afirma Celi. Sin embargo, alerta que muchas zonas siguen siendo de alto riesgo. Se espera un informe técnico definitivo del Instituto Geofísico Militar para definir acciones a mediano plazo.

Cangonamá: fe que se mantiene viva

En esta parroquia, 38 personas también fueron afectadas por el invierno. Actualmente permanecen en la casa comunal y en aulas escolares acondicionadas como refugios. A pesar de las dificultades, hay un deseo persistente de regresar a casa, sobre todo entre los adultos mayores, quienes se resisten a abandonar la tierra que los vio nacer.

En medio de la adversidad, las tradiciones se mantienen vivas. Durante mayo, mes de devoción a la Virgen de la Asunción, los pobladores organizan su visita casa por casa, como un acto de fe y resistencia.

La solidaridad como antídoto ante la tragedia

La misión solidaria concluyó con el corazón lleno y los brazos vacíos: todo lo recaudado fue entregado. Alimentos, ropa, medicamentos y abrazos. “Agradecemos a cada lojano que confió en nosotros. Esta ayuda no solo alivia el hambre o el frío, también alimenta el alma de quienes lo perdieron todo”, expresó Maira Naranjo al despedirse.

La historia de estas tres parroquias de Paltas no es solo un relato de desastre natural, sino también un testimonio del poder colectivo, de lo que se puede lograr cuando el dolor ajeno se convierte en un compromiso común.