La vía que conecta los cantones de Catamayo y Gonzanamá, en la provincia de Loja, vuelve a ser noticia, esta vez por la aparición de socavones de gran tamaño que amenazan la integridad de los conductores y ponen en evidencia los problemas estructurales de una arteria vital para la movilidad y el comercio local.
Durante el fin de semana, ciudadanos y transportistas que frecuentan esta carretera alertaron sobre varios tramos críticos donde el asfalto presenta hundimientos profundos, señalando que en algunos puntos la afectación compromete un carril completo. Las imágenes compartidas en redes sociales muestran huecos de gran diámetro que se han formado a causa de las lluvias y el aparente debilitamiento de la base vial.
La preocupación es creciente. Agricultores, comerciantes y pasajeros que se movilizan diariamente entre los cantones mencionados expresaron su indignación, asegurando que las autoridades provinciales y nacionales han sido indiferentes a esta problemática que se arrastra desde hace años. “Esta vía es un peligro. Todos los días paso por aquí con miedo de que se venga abajo”, comentó Julio Guamán, transportista de carga, mientras señalaba un tramo con el pavimento agrietado y cediendo.
Los socavones se presentan principalmente en sectores donde ya se habían reportado filtraciones de agua, sin que se ejecuten obras de drenaje o estabilización de taludes. El deterioro no solo representa un riesgo para quienes transitan, sino también un obstáculo para el desarrollo económico de la zona, afectando el traslado de productos agrícolas como café, maíz, y frutas, que se cultivan en Gonzanamá y se comercializan en Catamayo y Loja.
Desde la Prefectura de Loja, hasta el cierre de este reportaje, no se ha emitido un pronunciamiento oficial sobre acciones emergentes para reparar la vía. Mientras tanto, los habitantes piden una intervención urgente, pero también una planificación técnica que garantice soluciones duraderas y no meros parches que se deterioran con las primeras lluvias.
Expertos en ingeniería civil consultados por este medio advirtieron que la situación podría agravarse si no se aplican correctivos estructurales. “No se trata solo de tapar huecos. La falla en la vía es síntoma de una debilidad en la base estructural y de una inadecuada canalización de aguas”, explicó el ingeniero Víctor Armijos, quien sugirió realizar un estudio geotécnico integral del terreno.
En tanto, las comunidades rurales aledañas se organizan para exigir respuestas. Líderes comunitarios anunciaron la posibilidad de cerrar la vía como medida de presión, en caso de que no haya atención inmediata por parte del Ministerio de Transporte y Obras Públicas.
La vía Catamayo-Gonzanamá, más allá de su función logística, representa un eje de integración territorial. Su descuido refleja el rezago de las zonas rurales frente a la inversión estatal, y plantea la urgencia de políticas viales sostenibles que prioricen la seguridad ciudadana, la conectividad y el desarrollo regional.