La seguridad ciudadana es, sin duda, uno de los temas que más inquietan a la población lojana. Y si bien los focos suelen estar sobre las zonas urbanas, las áreas rurales han reclamado desde hace años mayor atención. Hoy, esa brecha comienza a cerrarse.
El Consejo Cantonal de Seguridad Ciudadana de Loja (CCSC) ha puesto en marcha el proyecto “Mi Parroquia Segura”, una iniciativa orientada a dotar de sistemas de vigilancia tecnológica a las 13 parroquias rurales del cantón, muchas de las cuales han estado históricamente desprotegidas frente a hechos delictivos, emergencias médicas o desastres naturales.
📡 Tecnología al servicio de la comunidad
El componente central de este plan es la instalación de cámaras de videovigilancia con megafonía IP, una herramienta que no solo permite monitorear espacios públicos en tiempo real, sino también emitir alertas sonoras, recomendaciones de seguridad o instrucciones en caso de emergencia.
La parroquia Santiago ha sido la primera beneficiaria. Sus habitantes recibieron con entusiasmo este avance, conscientes de que la vigilancia no es sinónimo de control arbitrario, sino una herramienta para la prevención, la reacción oportuna y, sobre todo, la protección de sus familias.
“Nunca antes habíamos tenido algo así. Uno se siente más tranquilo sabiendo que hay alguien pendiente, que si pasa algo se puede actuar más rápido”, comenta don Evaristo Guamán, morador de la zona.
🛡️ Seguridad descentralizada y más equitativa
El objetivo es claro: que los sectores rurales dejen de ser “zonas ciegas” en el mapa de seguridad. Según datos preliminares del CCSC, al menos el 60 % de emergencias reportadas en zonas rurales presentan demoras significativas en la respuesta, muchas veces por falta de monitoreo o por la imposibilidad de registrar en tiempo real lo que ocurre.
Además, las cámaras cuentan con conectividad en tiempo real hacia el ECU 911, lo que permitirá a las instituciones de socorro y a la Policía Nacional coordinar acciones con mayor eficacia.
La presidenta del Consejo Cantonal de Seguridad Ciudadana, Ing. Verónica Paladines, explicó que esta es solo la primera fase del proyecto, y que se espera, en los próximos meses, alcanzar una cobertura total de todas las parroquias, empezando por aquellas que han reportado mayores índices de inseguridad o aislamiento.
👥 Participación comunitaria: clave del éxito
Uno de los componentes más valiosos del proyecto es la participación activa de los habitantes rurales. Cada comunidad será parte del monitoreo ciudadano, promoviendo una cultura de prevención y fortaleciendo la corresponsabilidad en el cuidado del entorno.
La instalación de cámaras no sustituye la labor humana, sino que la complementa. Por ello, se están planificando capacitaciones en coordinación con las Juntas Parroquiales, para que los ciudadanos sepan cómo actuar ante una alerta o cómo hacer un uso adecuado del sistema.
📍 Un modelo replicable
El proyecto “Mi Parroquia Segura” nace de una necesidad real y urgente. Si su ejecución continúa de forma técnica, transparente y con participación ciudadana, Loja podría convertirse en referente nacional en materia de seguridad rural inteligente.
Esta experiencia deja en claro que la tecnología, bien aplicada, puede democratizar la seguridad, hacerla más equitativa y garantizar que incluso las zonas más alejadas estén bajo el mismo paraguas de protección.