En medio de un escenario legislativo marcado por tensiones políticas, bloques fragmentados y proyectos de ley de alta sensibilidad, una nueva dinámica de acercamiento empieza a perfilarse en la Asamblea Nacional del Ecuador. El protagonista: Sergio Peña, asambleísta lojanos por la Revolución Ciudadana (RC), quien se ha convertido en una figura clave dentro del intento de tender puentes con el oficialismo, representado por el bloque Acción Democrática Nacional (ADN), liderado por el presidente Daniel Noboa.
Lejos de los discursos confrontativos que han caracterizado los primeros meses del periodo legislativo, Peña apuesta por el diálogo como herramienta política. En declaraciones recientes, el legislador aseguró que su papel actual no es el de alinear posiciones con el Ejecutivo, sino el de convertirse en un puente de diálogo entre bancadas, con el fin de generar consensos en torno a uno de los temas más cruciales del momento: el proyecto de ley económica urgente que impulsa el Gobierno.
“Lo que buscamos es que todas las observaciones de las distintas bancadas sean escuchadas, consideradas y discutidas. No se trata de ceder principios, sino de construir una ley que sirva al país y no a intereses particulares”, expresó Peña, aludiendo a las reformas tributarias, laborales y de inversión planteadas por el Ejecutivo.
¿Acercamiento o estrategia política?
El posicionamiento del asambleísta genera diversas lecturas. Mientras algunos sectores de la Revolución Ciudadana observan con recelo cualquier intento de acercamiento con el Gobierno de Noboa —a quien han acusado de autoritarismo y neoliberalismo—, Peña insiste en que su labor responde a una necesidad institucional: evitar que el país continúe paralizado por la polarización política.
“La confrontación permanente ha desgastado la credibilidad de la Asamblea. Tenemos una obligación histórica de legislar, no de bloquear”, indicó.
En este contexto, su actuación se enmarca dentro de un esfuerzo por redefinir la imagen de la RC como un bloque opositor pero propositivo, capaz de criticar, pero también de aportar en la construcción de políticas públicas.
El proyecto económico urgente: campo de batalla legislativo
La iniciativa de ley económica enviada por el presidente Noboa incluye reformas clave en temas como impuestos, incentivos a la inversión extranjera, ajuste al gasto público y mecanismos de financiamiento estatal. Aunque el Gobierno ha sostenido que la norma es necesaria para estabilizar la economía y evitar un colapso fiscal, varios bloques han advertido sobre el posible impacto regresivo de algunas medidas.
Peña ha reiterado que la Revolución Ciudadana no apoyará aspectos que afecten a la clase trabajadora o que impongan nuevas cargas fiscales sin una política de redistribución equitativa. Sin embargo, también ha señalado que hay puntos en los que podría encontrarse terreno común, como los incentivos al emprendimiento, el fortalecimiento de sectores productivos o la inversión en educación.
La clave, insiste, está en el consenso técnico y político, no en la imposición.
¿Nuevo rol para la RC?
La postura de Peña también podría estar delineando una nueva línea dentro de la RC: menos ideológica y más pragmática, enfocada en resultados. Esto ocurre en un contexto en el que el correísmo, si bien mantiene una importante presencia parlamentaria, enfrenta una ciudadanía cada vez más crítica de las disputas partidistas estériles.
Al interior del movimiento, sin embargo, las divisiones se mantienen latentes. Hay quienes creen que tender puentes con ADN es una táctica peligrosa que puede ser usada en su contra, mientras otros ven en ello una oportunidad para recuperar credibilidad y mostrar madurez política.
El reto: legislar sin claudicar
Peña, quien ha sido parte de iniciativas de diálogo interbancada desde el inicio de su gestión, considera que Ecuador no puede seguir gobernándose a punta de decretos ni desde trincheras ideológicas. “Estamos llamados a dialogar, incluso con quienes piensan distinto. Eso no significa traicionar convicciones, sino tener visión de país”, concluye.
El tiempo dirá si esta estrategia de “puentes” entre la Revolución Ciudadana y ADN logra generar los acuerdos necesarios para legislar en beneficio de la ciudadanía o si, por el contrario, termina ahondando las fracturas internas de una Asamblea que aún busca su rumbo.