La Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) ha emitido un comunicado oficial en el que expresa su rotundo rechazo a la entrevista realizada a la candidata presidencial Luisa González, del movimiento RC5, durante la transmisión oficial del partido de la Selección Ecuatoriana por parte de El Canal del Fútbol (ECDF). Este hecho ha generado una ola de indignación en el público ecuatoriano, tanto en redes sociales como en los espacios públicos, donde se ha observado el malestar de los aficionados al fútbol.
En su comunicado, la FEF fue enfática al señalar que desaprueba categóricamente el uso de la transmisión de los partidos de la selección nacional para fines de proselitismo político. «Nos reservamos el derecho de iniciar las acciones que correspondan para salvaguardar la neutralidad del fútbol en el ámbito político», subrayó la institución. Además, destacó la importancia de mantener el deporte libre de cualquier influencia partidista, en cumplimiento con las normativas tanto nacionales como internacionales que rigen el fútbol.
El hecho ha causado controversia en diversos espacios. Durante la transmisión del partido, se escucharon consignas como «Fuera, Luisa, fuera» en centros comerciales y otros lugares públicos donde se seguía el encuentro. Aficionados presentes en los patios de comidas de varios centros comerciales del país se mostraron indignados ante la aparición de la candidata de Rafael Correa en un evento que, según muchos, debería estar exento de cualquier vínculo con la política.
Este incidente ha puesto de manifiesto la delicada relación entre el fútbol, uno de los deportes más populares en Ecuador, y la política, especialmente en momentos cruciales como una campaña electoral. La FEF, como ente rector del fútbol en el país, reiteró su compromiso con la neutralidad y el respeto por las normas que regulan el deporte, y dejó abierta la posibilidad de tomar medidas legales contra El Canal del Fútbol por lo ocurrido.
Este evento plantea una reflexión sobre la importancia de preservar el deporte como un espacio neutral y de unión, libre de influencias políticas, y subraya el rol de las instituciones deportivas en garantizar que los eventos de esta naturaleza no sean utilizados con fines electorales o proselitistas.