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Intento de femicidio en Jipiro Mirador: la madrugada en que la violencia casi apaga una vida

La tranquilidad habitual del barrio Jipiro Mirador, en la parroquia El Valle, se vio violentamente alterada durante la madrugada del martes. Un nuevo caso de violencia de género en grado extremo dejó a una joven mujer de 28 años gravemente herida y expuso, una vez más, el peligro inminente que enfrentan muchas mujeres dentro del lugar que debería ser su espacio más seguro: el hogar.

La víctima, identificada como Jenny C. T. S., fue brutalmente atacada con un arma blanca por su pareja sentimental, Víctor H. Q. C., quien habría planeado el crimen con premeditación y engaño. El hecho ha generado consternación en la ciudadanía y reactivado el debate sobre la urgencia de reforzar las políticas de prevención y protección frente a la violencia de género en Loja y en todo el país.


🕑 Un engaño mortal disfrazado de emergencia

Todo comenzó cerca de la 01:30 de la madrugada. Víctor, con quien Jenny convivía desde hace varios años, fingió sentirse gravemente enfermo. Despertó a su pareja alegando dolor intenso y asegurando que necesitaba ir con urgencia al hospital. Jenny, preocupada y sin imaginar las verdaderas intenciones detrás de ese súbito malestar, se alistó rápidamente.

Salió de casa con lo primero que encontró: una pijama cubierta por abrigo y pantalón térmico. La pareja se dirigió a pie hacia el centro de salud más cercano, pero el recorrido fue abruptamente interrumpido. En un sendero poco iluminado, rodeado de vegetación y casas dispersas, Víctor desenfundó un cuchillo oculto entre su ropa y arremetió contra ella.

El ataque fue directo, cruel y violento. La joven recibió varias puñaladas, dirigidas a zonas vitales. La oscuridad del lugar solo era interrumpida por las luces de sus celulares, que sirvieron como único testigo luminoso del intento de femicidio. En medio del dolor, Jenny logró gritar desesperadamente pidiendo ayuda, lo que marcó el giro crucial en el desenlace de esta historia.


🆘 Vecinos valientes y una respuesta médica que marcó la diferencia

Los gritos de auxilio despertaron a los habitantes del sector, que no dudaron en acudir a socorrerla. Minutos después, varios vecinos encontraron a Jenny tendida en el suelo, empapada en sangre y con signos evidentes de múltiples heridas.

Llamaron de inmediato al ECU 911, activando un protocolo de emergencia que movilizó a paramédicos y personal policial. La víctima fue estabilizada en el lugar y luego trasladada de urgencia al Hospital Isidro Ayora, donde permanece internada bajo estricto monitoreo médico. Fuentes hospitalarias indican que su estado es delicado, pero estable, y que la intervención rápida de la comunidad y el personal de salud fue decisiva para salvarle la vida.


🚨 Víctor huyó y luego intentó suicidarse al verse acorralado

Mientras Jenny era atendida, Víctor emprendía la huida. Se internó en una zona boscosa, con el arma aún en su poder. La policía desplegó un operativo de búsqueda con unidades de patrullaje, inteligencia y perros rastreadores. Fue cerca del amanecer cuando fue localizado en una chacra aledaña, escondido entre matorrales.

Al verse acorralado, intentó quitarse la vida usando el mismo cuchillo con el que había atacado a su pareja. No logró su cometido: fue reducido por los agentes y trasladado bajo custodia a una casa de salud, donde se recupera de sus propias heridas. El Ministerio Público ha iniciado ya la judicialización del caso bajo la figura de tentativa de femicidio, delito contemplado en el artículo 141 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), con una pena de hasta 26 años de reclusión.


⚖️ El femicidio: un crimen de odio estructural que persiste

Este hecho ha sacudido a la comunidad lojana, que ha manifestado su indignación a través de redes sociales y organizaciones feministas, exigiendo acciones urgentes y estructurales frente a la violencia machista. Colectivos como «Mujeres en Resistencia» y «Loja Feminista» convocan a una vigilia simbólica en la Plaza Central para exigir justicia por Jenny y por todas las víctimas invisibilizadas del sistema.

Según el último reporte de la Fundación Aldea, en lo que va del 2025, Ecuador ya registra 71 casos de femicidio y tentativa, la mayoría de ellos cometidos por parejas o exparejas en el entorno doméstico. Loja ha sido escenario de al menos tres intentos de femicidio en los últimos cuatro meses, lo cual refleja una problemática que trasciende cifras y toca profundamente el tejido social.


🧠 Análisis: ¿Dónde fallan las alertas?

El caso de Jenny pone sobre la mesa interrogantes profundas: ¿existían antecedentes de violencia en esa relación? ¿Se activaron mecanismos de alerta temprana? ¿Recibió Jenny apoyo previo o mostró señales de estar en peligro? Estas preguntas aún están en proceso de investigación, pero reflejan el vacío institucional que muchas veces deja a las víctimas sin protección real.

Expertos en violencia de género coinciden en que el femicidio no ocurre de forma espontánea, sino que es el punto más alto de una escalada violenta que suele estar marcada por episodios previos de agresión, control, celos y aislamiento. Sin embargo, el silencio, el miedo y la falta de rutas efectivas de acompañamiento suelen dificultar que estas señales sean visibles.


🔚 Una ciudad herida, pero vigilante

Mientras Jenny lucha por recuperarse y Víctor enfrenta la justicia, Loja vuelve a ser testigo del drama humano que representa la violencia contra la mujer. Este caso debe dejar de ser una cifra más, y convertirse en un llamado a transformar el enfoque con el que el Estado, las comunidades y los sistemas de justicia abordan este tipo de crímenes.

La vida de Jenny continúa, marcada por heridas físicas y emocionales. Pero su voz —gritada en la oscuridad— encendió una luz colectiva que hoy exige verdad, justicia y no repetición.