La preocupación de los habitantes del sur del país vuelve a concentrarse en el sector Nangora, ubicado en la transitada vía Loja – Malacatos, una ruta clave para la conexión entre la capital provincial y una de las parroquias turísticas más visitadas de Loja. Las autoridades de Obras Públicas, junto a técnicos del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), analizan la factibilidad de construir una variante que permita esquivar la zona afectada por recurrentes deslizamientos de tierra, que comprometen seriamente la transitabilidad y seguridad vial.
Un problema crónico que pone en jaque la movilidad
El sector Nangora no es nuevo en los informes de emergencia. Desde hace varios años, la inestabilidad geológica del terreno ha provocado cierres parciales, daños en la calzada y múltiples accidentes que han puesto en riesgo la vida de cientos de usuarios. En épocas de lluvia, la situación se agrava aún más, generando interrupciones que afectan no solo la movilidad personal, sino también el transporte de productos agrícolas, turísticos y de comercio que circulan a diario entre Loja, Malacatos y Vilcabamba.
El último episodio registrado a finales de mayo obligó al MTOP a implementar un paso controlado. Aunque esta medida temporal permite el flujo vehicular por turnos, no soluciona el fondo del problema, que radica en una falla estructural del talud y el colapso progresivo del sistema de drenaje de aguas pluviales.
¿Una variante vial como solución estructural?
Frente a este escenario repetitivo, las autoridades provinciales y nacionales han considerado una intervención de mayor alcance. El equipo técnico del MTOP evalúa la posibilidad de construir una variante vial: una ruta alterna que bordee el área de mayor vulnerabilidad geológica, desviando el tráfico por una zona más estable y segura. La propuesta se encuentra en fase de estudios topográficos y geotécnicos, fundamentales para determinar su viabilidad, costos y tiempo de ejecución.
Según declaraciones preliminares, se trataría de una intervención que podría extenderse por aproximadamente 2 a 3 kilómetros, dependiendo de los resultados técnicos. Esta obra requeriría una inversión considerable, pero se considera una alternativa necesaria ante la imposibilidad de estabilizar completamente el terreno actual.
Repercusiones sociales y económicas
El debate no solo es técnico, también es social y económico. Residentes de la zona y transportistas han insistido en que los parches temporales ya no son suficientes. La congestión, el temor a nuevos deslizamientos y las pérdidas económicas por interrupciones constantes están afectando la dinámica productiva de Loja. Malacatos y Vilcabamba son polos turísticos que dependen directamente del buen estado de esta vía.
Además, las comunidades rurales cercanas —como Santa Rufina y San Pedro de Vilcabamba— también utilizan esta ruta como única vía de acceso a servicios básicos y transporte escolar. Cualquier cierre prolongado afecta su derecho a la movilidad.
Un llamado a la acción coordinada
Los actores locales han solicitado que, en caso de aprobarse la construcción de la variante, se actúe con planificación, rapidez y responsabilidad ambiental. La vía Loja – Vilcabamba se encuentra dentro de una zona de ecosistemas frágiles, por lo que cualquier intervención deberá cumplir con estudios de impacto ambiental y social.
El prefecto de Loja y representantes de las Cámaras de Producción han reiterado la necesidad de que el sur del país deje de ser “invisible” en la planificación nacional de obras viales. Piden una atención urgente que no se limite a promesas ni a medidas reactivas.
Conclusión
La construcción de una variante en Nangora podría convertirse en el paso más importante para garantizar, por fin, una solución definitiva al problema histórico de deslizamientos en la vía Loja – Malacatos. Las decisiones que se tomen en las próximas semanas marcarán el rumbo no solo de una obra, sino de la seguridad, productividad y conectividad de toda la provincia de Loja.
