El presidente constitucional de la República del Ecuador, Daniel Noboa Azin, firmó el Decreto Ejecutivo No. 654 mediante el cual designa a la doctora Diana Salazar Méndez como Embajadora Extraordinaria y Plenipotenciaria del Ecuador ante el Gobierno de la República Argentina, marcando así un nuevo capítulo en la trayectoria pública de quien ejerció hasta hace poco como Fiscal General del Estado.
La medida fue anunciada oficialmente por la Presidencia de la República del Ecuador a través de un comunicado emitido este miércoles, donde se informó que la designación se concretó luego de que el Gobierno argentino concediera el beneplácito de estilo requerido por el derecho diplomático internacional.
Sustento legal de la designación
La designación de Salazar se enmarca dentro de las competencias del Presidente de la República, conforme a lo dispuesto en la Constitución de la República del Ecuador, específicamente en el artículo 147, numeral 10, que faculta al Ejecutivo a nombrar y remover embajadores y jefes de misión. Adicionalmente, se fundamenta en la Ley Orgánica del Servicio Exterior, que establece el procedimiento para la designación de titulares de misiones diplomáticas.
Según el artículo 113 de dicha ley, el nombramiento de embajadores debe realizarse mediante decreto, previa obtención del asentimiento del gobierno receptor. En este caso, el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República Argentina comunicó mediante Letras DNERRE-PLA N.º 46/2024, fechadas el 29 de enero de 2024, que se había otorgado el beneplácito para la designación de Diana Salazar.
La normativa también establece que los jefes de misión diplomática son de libre remoción, lo cual forma parte del carácter político del servicio exterior en su nivel más alto.
Reconocimiento a una trayectoria institucional
La Presidencia de la República aprovechó el anuncio para agradecer públicamente el trabajo de Diana Salazar durante su gestión como Fiscal General del Estado, cargo que ocupó desde 2019 hasta 2025. En el comunicado oficial, el Ejecutivo reconoció su “labor firme y decidida en la lucha contra la corrupción, el crimen organizado y el fortalecimiento institucional del sistema judicial ecuatoriano”.
Salazar se convirtió en un personaje emblemático del sistema de justicia durante los últimos años, participando en investigaciones de alto perfil que involucraron a exfuncionarios públicos, estructuras de delincuencia organizada y redes de corrupción de alcance nacional e internacional. Su figura generó tanto respaldo ciudadano como controversia en sectores políticos, debido al impacto de sus acciones judiciales en distintos niveles del poder.
Con esta nueva designación, el Gobierno de Noboa busca aprovechar la experiencia técnica y la proyección internacional de Salazar, especialmente en temas vinculados al derecho, la gobernabilidad, la cooperación judicial internacional y la lucha contra delitos transnacionales, elementos cada vez más relevantes en el ámbito diplomático contemporáneo.
Diana Salazar: perfil y antecedentes
Diana Salazar es abogada por la Universidad Central del Ecuador, especialista en derecho penal y reconocida por su labor en organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en procesos de asesoría y formación.
Su paso por la Fiscalía General del Estado estuvo marcado por casos emblemáticos como “Sobornos 2012–2016”, “Las Torres”, “Isspol” y otros procesos que implicaron a figuras del alto mando político y empresarial del país. En diversas ocasiones fue blanco de amenazas y campañas de desprestigio, que no impidieron que continuara con su labor investigativa.
En 2021, la revista Time la incluyó en su lista de las 100 personas más influyentes del año, mientras que organizaciones nacionales e internacionales destacaron su papel en el fortalecimiento de la independencia judicial en Ecuador.
Una misión con nuevos retos
La designación como embajadora en Argentina representa un nuevo reto para Salazar, quien ahora deberá representar los intereses del Estado ecuatoriano ante un país con el que Ecuador mantiene relaciones históricas y estratégicas en áreas como comercio, educación, cooperación técnica, migración y lucha contra el crimen transnacional.
La Embajada del Ecuador en Buenos Aires también cumple funciones de apoyo a la comunidad ecuatoriana residente en ese país, una de las más numerosas en el Cono Sur, por lo que el rol de la nueva embajadora incluirá el fortalecimiento de vínculos consulares, protección de derechos de migrantes y ampliación de redes de cooperación bilateral.
Declaración de Diana Salazar: servicio público y transición
Posterior a la publicación del decreto, Diana Salazar ofreció una declaración pública en la que reflexionó sobre el sentido del servicio público y la decisión de asumir esta nueva función diplomática:
**“El servicio público es eso: un llamado del país —justamente— a servir en diferentes ámbitos, en diferentes momentos, y es en las transiciones en las que encontramos diversas formas de poner nuestro contingente a disposición de la ciudadanía.
Siendo la seguridad un tema importante, no solo para mi familia y para mí, esta decisión, esta transición, nos brinda tranquilidad, mientras seguimos al servicio del país.
Seguiremos trabajando por el Ecuador.”**
Estas palabras reflejan no solo la continuidad de su vocación pública, sino también un contexto en el que su bienestar y el de su entorno cercano ha sido considerado como parte de la transición.
Contexto político
La decisión de ubicar a una figura de alto perfil como Salazar en una embajada clave en la región ha generado diversas reacciones en el escenario político. Algunos analistas interpretan la designación como un movimiento estratégico del presidente Noboa, en el marco de la recomposición de alianzas institucionales y de gobernabilidad en el país.
Por otro lado, sectores críticos señalan que este nombramiento podría ser leído como un “exilio diplomático”, aunque no se ha emitido ninguna señal oficial que indique un distanciamiento entre Salazar y el actual régimen. De hecho, la forma en que fue anunciada la designación sugiere una transición institucional ordenada y consensuada, con reconocimiento explícito de su servicio al país.