La organización indígena califica la medida como un “grave retroceso para la soberanía nacional” y un atentado contra la historia de resistencia de los pueblos originarios.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) emitió un pronunciamiento firme y enérgico en contra de la reciente aprobación en el Pleno de la Asamblea Nacional de una reforma constitucional que elimina la prohibición de establecer bases militares extranjeras en territorio ecuatoriano. La organización denunció que esta decisión representa una amenaza directa a la soberanía nacional, la autodeterminación de los pueblos y los principios históricos que han guiado las luchas del movimiento indígena ecuatoriano.
Una reforma que genera preocupación nacional
Desde la sede del Consejo de Gobierno, la CONAIE advirtió que esta medida abre la puerta a intervenciones extranjeras que podrían comprometer la paz regional, al insertar al Ecuador en dinámicas geopolíticas y militares impulsadas por potencias extranjeras, con intereses en recursos estratégicos, rutas de comercio y control social.
“Esta decisión pone en riesgo la integridad territorial del Ecuador y compromete la paz y estabilidad de América Latina. No podemos permitir que se imponga un modelo de seguridad militarizada que responde a agendas externas”, sostuvo la organización en su comunicado oficial.
Crítica directa a los asambleístas de Pachakutik
Uno de los puntos más controvertidos del pronunciamiento fue el señalamiento directo a siete asambleístas del movimiento Pachakutik, brazo político del movimiento indígena, quienes votaron a favor de la reforma. Para la CONAIE, esta actuación representa una ruptura ideológica y una traición a los principios fundacionales del movimiento indígena.
“Su decisión contradice las luchas y aspiraciones de sus propias comunidades. Han alineado su voto con intereses gubernamentales ajenos al mandato colectivo que juraron representar”, criticó la Confederación.
Un precedente histórico de resistencia
La CONAIE recordó la lucha contra la base militar estadounidense en Manta, en los años 90 e inicios del 2000, cuando una fuerte movilización social liderada por las comunidades indígenas logró el retiro de la presencia militar extranjera del país. Ese precedente, enfatiza la organización, debe mantenerse vigente como símbolo de dignidad nacional.
Seguridad sin militarización
Si bien reconocen la preocupación general por la crisis de inseguridad y el crimen organizado que atraviesa el país, la CONAIE considera que la presencia militar extranjera no es la solución. En su lugar, exige una política de seguridad basada en la justicia social, inversión en servicios públicos, fortalecimiento del tejido comunitario y respeto a los derechos colectivos.
Llamado a la resistencia
Finalmente, la CONAIE convoca a todos los pueblos y nacionalidades, organizaciones sociales, movimientos populares y ciudadanía a movilizarse en defensa de la soberanía nacional y los territorios ancestrales.
“¡La soberanía no se vende, se defiende!”, concluye el comunicado con un llamado a la acción colectiva.
Este pronunciamiento ocurre en un contexto nacional de creciente tensión política y social, en el que distintas voces advierten sobre los posibles efectos de abrir las puertas a fuerzas militares extranjeras en un país con una historia marcada por la defensa de la autonomía y los derechos colectivos.
