En el sur de la comuna Juntas del Pacífico, parroquia Simón Bolívar del cantón Santa Elena, se levanta una de las obras más ambiciosas y simbólicas del gobierno del presidente Daniel Noboa: la denominada “Cárcel del Encuentro”. Esta nueva prisión, cuya construcción se inició a finales de junio de 2024, representa no solo un reforzamiento al sistema penitenciario nacional, sino también un mensaje político directo contra los grupos del crimen organizado que han asolado al país.
La obra tiene un presupuesto aproximado de 52 millones de dólares y, según lo informado por el propio mandatario en una entrevista reciente con CNN, estará lista en septiembre de 2025. Noboa no escatimó en lenguaje simbólico: definió el centro penitenciario como el lugar de “encuentro” entre corruptos y narcotraficantes, una frase que ha captado la atención nacional e internacional.
🔍 Una cárcel con mensaje: “El Encuentro” como símbolo de justicia
La elección del nombre no es accidental. “El Encuentro” juega con la narrativa de campaña que impulsó a Noboa a la presidencia —una propuesta de unidad nacional frente a la inseguridad y la corrupción—, pero también apela a una ironía evidente: es el lugar donde finalmente se reunirán quienes han delinquido desde distintas esferas de poder.
Ubicada estratégicamente en una zona de difícil acceso, alejada de los centros urbanos y rodeada por territorio costero y rural, la nueva prisión busca evitar las fugas, motines o influencias externas que han plagado otras cárceles del país. Se trata de un modelo inspirado en estructuras de máxima seguridad como las que existen en Estados Unidos y El Salvador, con sistemas de videovigilancia 24/7, aislamiento total y custodia militarizada.
⚠️ Un contexto marcado por violencia y colapso carcelario
La decisión de construir esta cárcel surge en un contexto de crisis penitenciaria sin precedentes en Ecuador. Desde 2020, el país ha vivido más de una decena de masacres carcelarias, con cientos de reclusos asesinados en enfrentamientos entre bandas rivales que han tomado control interno de los centros penitenciarios.
La fragmentación del sistema penitenciario, la falta de control estatal, la corrupción interna y la presencia de estructuras criminales como Los Choneros, Los Lobos y Águilas han desbordado la capacidad del Estado ecuatoriano para imponer orden dentro de sus propias cárceles.
En respuesta, el presidente Noboa ha promovido una reforma estructural del sistema carcelario. La “Cárcel del Encuentro” es su proyecto insignia y la punta de lanza de su política de “mano dura” frente a la delincuencia organizada.
🛑 Críticas, expectativas y desafíos
Aunque el proyecto ha sido bien recibido por sectores que demandan mayor seguridad, también ha despertado inquietudes entre defensores de derechos humanos. Organizaciones como la Alianza contra las Prisiones han advertido que la sola infraestructura no resolverá el problema estructural de las cárceles en Ecuador: hacinamiento, falta de rehabilitación, corrupción penitenciaria y judicialización excesiva de delitos menores.
Por su parte, expertos en criminología señalan que construir nuevas cárceles no basta, si no se acompaña de una reforma judicial profunda, programas de prevención del delito y fortalecimiento de la inteligencia estatal.
Sin embargo, el gobierno de Noboa insiste en que esta obra es un paso necesario para retomar el control del Estado frente al narcotráfico y la narcopolítica.