El 26 de febrero de 2025, en una declaración que ha generado gran controversia, el mandatario y candidato presidencial Daniel Noboa reveló una «alianza estratégica» con la reconocida empresa militar privada estadounidense Blackwater. Esta alianza, según Noboa, tiene como objetivo principal fortalecer las capacidades de Ecuador en la lucha contra el narcoterrorismo y la pesca ilegal, dos de los problemas más persistentes que enfrentan las autoridades ecuatorianas en la actualidad.
Durante su intervención, Noboa destacó que la cooperación con Blackwater es una medida «necesaria» para combatir de manera más efectiva las organizaciones criminales que operan en el país, particularmente aquellas involucradas en el narcotráfico y los actos de violencia asociados a este flagelo. Aseguró que la intervención de esta empresa especializada en operaciones militares y de seguridad permitirá a Ecuador contar con la experiencia y los recursos técnicos necesarios para enfrentar estos desafíos de manera más efectiva.
¿Qué implica esta alianza?
La firma de esta alianza estratégica ha levantado numerosas interrogantes tanto a nivel nacional como internacional. Blackwater, ahora conocida como Academi, es una empresa con una reputación controvertida debido a su participación en operaciones militares en países como Irak y Afganistán. La compañía ha estado involucrada en incidentes que han generado críticas por su enfoque agresivo y por las implicaciones de la privatización de la seguridad y la defensa nacional. Sin embargo, Noboa argumenta que la experiencia de Blackwater en áreas de combate, entrenamiento y operaciones de inteligencia será clave para abordar los crecientes desafíos que enfrenta Ecuador.
En su anuncio, el presidente aclaró que la presencia de Blackwater no implicará una invasión de fuerzas extranjeras ni el despliegue de tropas estadounidenses en el territorio ecuatoriano, sino un apoyo técnico y logístico para reforzar las capacidades del sistema de seguridad ecuatoriano. Se espera que la alianza se concentre principalmente en la capacitación de las fuerzas armadas y policiales, así como en el fortalecimiento de las operaciones de inteligencia y la implementación de tecnologías avanzadas para la vigilancia marítima, especialmente en la lucha contra la pesca ilegal en las aguas ecuatorianas, un sector que ha sido objeto de frecuentes ataques por parte de flotas extranjeras.
Reacciones de la sociedad y expertos
La noticia ha generado una división entre los ciudadanos y expertos en seguridad. Para algunos sectores, esta alianza representa una oportunidad única para combatir el crimen organizado de manera más eficiente y con mayores recursos. Sin embargo, también ha despertado una ola de críticas, principalmente por parte de organizaciones de derechos humanos y políticos de la oposición, quienes temen que esta cooperación con Blackwater pueda comprometer la soberanía de Ecuador y generar una mayor militarización de la seguridad interna.
El exministro de Defensa, César Navas, expresó su preocupación por la participación de empresas privadas en actividades de seguridad nacional. «El uso de compañías privadas para tareas que deberían ser responsabilidad exclusiva del Estado puede abrir la puerta a la mercantilización de la guerra y la violencia», comentó en una entrevista a medios locales. Por otro lado, algunos analistas políticos consideran que la alianza podría ser vista como un movimiento para ganar apoyo internacional de potencias extranjeras, particularmente de Estados Unidos, en un contexto electoral complejo para Noboa.
Perspectivas a futuro
La alianza con Blackwater también está siendo observada de cerca por otros países de la región, ya que la lucha contra el narcotráfico y la pesca ilegal no es un problema exclusivo de Ecuador, sino que afecta a toda América Latina. Si bien algunos países han optado por políticas de cooperación multilateral en la lucha contra estos fenómenos, la alianza con una empresa privada militar podría ser vista como un paso innovador, pero también arriesgado, en la estrategia de seguridad de Ecuador.
La implementación efectiva de esta colaboración será clave para determinar si se traducirá en una mejora tangible en la seguridad del país o si, por el contrario, generará nuevos desafíos en términos de soberanía y derechos humanos. Los próximos meses serán cruciales para observar cómo se desarrollan estas relaciones y cómo afectan tanto a la seguridad interna como a la percepción internacional de Ecuador.