La crisis eléctrica que atraviesa Ecuador continúa afectando a millones de ciudadanos con constantes apagones que alcanzan más de una docena al día en varias provincias. A pesar de los compromisos del gobierno, incluido el anuncio del presidente Daniel Noboa de que los cortes de luz terminarían en diciembre, los avances en infraestructura eléctrica indican que el problema no será resuelto en el corto plazo.
Contrataciones en dos rondas: resultados limitados
El gobierno ha llevado a cabo dos rondas de contrataciones para intentar aliviar el déficit energético:
- Primera ronda (junio de 2024):
Bajo la gestión de Edwin Luque como ministro encargado, se lanzaron cuatro procesos.- Solo una barcaza energética llegó a operar.
- Los otros tres proyectos enfrentan problemas y retrasos significativos, dejando a los usuarios sin una solución inmediata.
- Segunda ronda (septiembre de 2024):
Liderada por CELEC, esta fase buscaba una mayor capacidad de generación eléctrica. Aunque se firmaron varios contratos, no se han publicado detalles de los procesos en el portal oficial, generando dudas sobre su transparencia y avance real.
Promesas versus realidad
Las dos rondas de contrataciones buscan sumar 873 MW al sistema eléctrico:
- 241 MW de la primera ronda.
- 632 MW de la segunda.
Sin embargo, estos proyectos no estarán en funcionamiento hasta 2025, lo que contradice el ofrecimiento presidencial de eliminar los apagones antes de fin de año.
Impacto de los apagones y críticas al manejo energético
Los apagones no solo afectan la calidad de vida de los ciudadanos, sino que también tienen un impacto directo en la economía, el comercio y los servicios básicos como la salud y la educación.
Expertos han cuestionado la planificación y ejecución de las soluciones energéticas del gobierno, señalando la falta de coordinación, transparencia y celeridad en los procesos.
Perspectivas para 2025
Aunque el gobierno ha asegurado que los proyectos energéticos traerán alivio, el retraso en la implementación deja a millones de ecuatorianos en incertidumbre. La efectividad de las políticas energéticas dependerá de la ejecución eficiente de los proyectos en marcha y de una estrategia clara para atender emergencias a corto plazo.