El presidente Daniel Noboa ha presentado una ambiciosa propuesta para reformar la Constitución de Montecristi, buscando desmantelar el legado del correísmo instaurado por Rafael Correa. Esta iniciativa marcaría un cambio profundo en el marco legal y político del país, y será sometida a consulta popular, permitiendo a los ecuatorianos decidir el destino de estas reformas.
La Constitución de Montecristi, creada en 2008, fue un pilar central del proyecto político de la “revolución ciudadana” de Correa. Ahora, Noboa sostiene que Ecuador necesita un nuevo marco que promueva el progreso, descentralice el poder y modernice el Estado. Esta visión ha recibido tanto elogios como críticas, polarizando aún más el espectro político del país.
Por un lado, quienes apoyan la reforma la ven como una oportunidad para impulsar la eficiencia gubernamental y las oportunidades económicas. Por otro lado, los defensores del correísmo advierten que esta medida podría socavar derechos conquistados. La tensión política sigue aumentando a medida que el país se prepara para este debate nacional.
Sin embargo, el futuro de la agenda de Noboa dependerá de su éxito en las elecciones de 2025, donde buscará consolidar el apoyo necesario para llevar a cabo estos cambios. Mientras tanto, Ecuador enfrenta un período crucial de incertidumbre y análisis sobre el rumbo de su estructura constitucional.