El Ministro de Energía ha emitido un comunicado que ha causado gran preocupación en la población ecuatoriana: a partir del miércoles 9 de octubre de 2024, el país enfrentará cortes de energía de hasta 10 horas diarias. Esta medida busca hacer frente a una crisis energética sin precedentes que ha llevado a las autoridades a tomar decisiones extremas para asegurar el suministro eléctrico.
El Gobierno ha detallado que los cortes de energía afectarán tanto a las zonas urbanas como rurales, sin distinción, y podrían prolongarse por varias semanas. Esta situación, según el Ministerio de Energía, es consecuencia de varios factores: fallos en la infraestructura eléctrica, el aumento en la demanda y condiciones adversas en la generación de energía, agravadas por la sequía que afecta a las hidroeléctricas, principal fuente de energía del país.
Sectores clave de la economía, como la industria, el comercio y la educación, ya han manifestado su preocupación por las repercusiones de estos apagones prolongados. Las empresas temen que sus operaciones se vean gravemente afectadas, lo que podría ralentizar la productividad y generar pérdidas económicas. Las escuelas y universidades, por su parte, podrían tener que ajustar sus calendarios o recurrir a modalidades virtuales para mitigar los efectos en la educación.
El Ministerio de Energía ha asegurado que publicará horarios específicos para los apagones en cada zona del país, con el objetivo de que los ciudadanos y las empresas puedan planificar sus actividades. Sin embargo, se ha advertido que en algunas áreas los cortes de energía podrían ser más prolongados de lo anunciado.
Las autoridades recomiendan a la población tomar precauciones: abastecerse de baterías, linternas y alimentos que no necesiten refrigeración, así como mantenerse informados a través de los comunicados oficiales. La situación sigue siendo crítica, y el Gobierno no descarta que los cortes puedan extenderse más allá del tiempo previsto si la crisis energética continúa empeorando.
Esta noticia ha generado alarma a nivel nacional, y los ecuatorianos deberán prepararse para enfrentar largos periodos sin electricidad, lo que afectará no solo las actividades cotidianas, sino también la economía y el bienestar general.