La madrugada del martes 8 de octubre, un macabro hallazgo estremeció a la comunidad de El Fortín, al noroeste de Guayaquil. Dos cuerpos decapitados fueron encontrados en la parte posterior de una escuela, lo que ha generado una ola de temor entre los vecinos de la zona. Los cuerpos estaban ocultos al interior de sacos de yute, una imagen que evoca escenas de películas de terror pero que lamentablemente forma parte de la cruda realidad que vive esta ciudad, asolada por la violencia.
El descubrimiento fue realizado por agentes de la Policía Nacional, quienes se trasladaron al lugar tras recibir una alerta alrededor de la 01:45 de la madrugada, a través de una llamada telefónica al ECU 911, en la que se reportaba la presencia de bultos sospechosos en la vía pública. Al llegar al sitio, los uniformados confirmaron que dentro de los sacos yacían los cuerpos sin cabeza de dos personas, en un hecho que ha conmocionado tanto a la ciudadanía como a las autoridades.
Este nuevo episodio de violencia se suma a una serie de eventos criminales que han golpeado duramente a Guayaquil en los últimos meses, posicionando a la ciudad como uno de los focos de mayor preocupación en materia de seguridad a nivel nacional. La Policía ha iniciado las investigaciones para identificar a las víctimas y determinar el contexto en el que ocurrió este brutal asesinato, que, hasta el momento, no tiene mayores detalles públicos.
El comandante de la Policía Nacional, durante una rueda de prensa, mencionó que ya se encuentran en curso varias hipótesis, aunque no descartan que pueda tratarse de un ajuste de cuentas relacionado con el crimen organizado. La zona donde fueron hallados los cuerpos ha sido escenario de enfrentamientos entre bandas criminales, lo que refuerza la posibilidad de que este crimen esté ligado a conflictos internos de organizaciones delictivas.
Por su parte, los habitantes del sector de El Fortín han expresado su creciente preocupación ante la violencia que parece haber tomado control de su comunidad. Muchos padres de familia han manifestado su temor de enviar a sus hijos a la escuela, especialmente después de que este macabro hallazgo ocurriera tan cerca de una institución educativa.
Las autoridades locales, incluyendo el alcalde y representantes del Ministerio de Educación, han hecho un llamado a la calma, asegurando que se reforzarán las medidas de seguridad en la zona y que los operativos policiales se intensificarán en las áreas más conflictivas. Asimismo, la Fiscalía General del Estado ha desplegado a un equipo especializado para investigar el caso y esclarecer los hechos lo antes posible.
Este trágico suceso ha encendido nuevamente el debate sobre la crisis de seguridad que enfrenta Ecuador y, en particular, Guayaquil, una ciudad que ha sido testigo de un creciente índice de violencia relacionada con el narcotráfico y el crimen organizado. La ciudadanía exige respuestas y medidas contundentes para frenar esta ola de inseguridad que afecta la vida diaria de miles de personas.
Las investigaciones siguen en curso y se espera que en las próximas horas se obtengan más detalles sobre la identidad de las víctimas y los posibles responsables de este atroz crimen.
